La parte central de este discurso se fundamenta un punto
de vista metafísico: si la eutanasia tiene razón de ser o en caso contrario no
debería existir. Para ello se recurre a la naturaleza humana; ya que en ella se
encuentra el fundamento del acto; por tanto, se deberá justificar este proceder
ético en el marco antropológico, ya que se afirma en la ponencia que es el hombre
el que siempre se cuestiona sobre su origen y sentido vital. También se aborda la
postura de la muerte y del sentido que se dé a ésta; el hombre cambiará completamente
su visión del significado de la vida humana.
Una vez contextualizados en el tema se adentró en la
explicación de la naturaleza humana, que siguiendo su historicidad hace referencia
a un ámbito material y espiritual. El hombre se concibe como “espíritu
encarnado”. Pues su corporeidad es reafirmada en lo material y su espíritu en
su operación y objeto. El hombre se da
cuenta de que vive y es responsable de su vida. El hombre por ser espíritu está
abierto al horizonte ilimitado del ser, es capaz de transcender todo lo finito;
y por ser espíritu encarnado es finito y limitado y, en sí mismo, no agota las
posibilidades de la esencia humana. Al hacer mención a la trascendencia se
hace referencia a lo ontológico y a la axiología de la persona, que dan paso a
su auto-conocimiento y autodeterminación, guiado por su inteligencia y voluntad;
no solo con una existencia física, sino una sobre-existencia espiritual, que
mediante el amor en libertad puede darse a los demás seres, que para él son “otro
yo”.
Por
otra parte la visión reduccionista del hombre a la nada es una característica
que ha llegado hasta el pensamiento contemporáneo, que se revela como nihilista
estando cerrado a la trascendencia, y en la actualidad se ha resaltado el
aspecto económico; de si es válido en el caso subsistir a un enfermo en su
tratamiento sanitario que resulta ser muy costoso y prolongado, o solo se puede
reservar a los pacientes que tienen la posibilidad de reanudar, una vez curados
a la vida laboral y productiva. Por consiguiente, se debe considerar la
importancia de no quitarle al hombre la trascendencia al hablar de eutanasia.
El
ponente abordo el tema sobre la muerte y
la perspectiva de la esperanza, poniendo énfasis sobre el límite que se ha
realizado en el trabajo desde sus bases filosóficas abordando la realidad del hombre como “un ser
con destino”. Finalmente por parte de
los contra-relatores y el foro pareció importante resaltar algunas posturas: la
primera, dónde queda la libertad de la persona de decidir libremente en la
etapa terminal, posteriormente abordando la pregunta de ¿Cómo hacer legítimo
ante el dolor el no aprobar la eutanasia? Por otro lado se arribaron cuestiones sobre la inmortalidad
del alma haciendo referencia a la trascendencia; considerando un pequeño desvio,
ya que no se abordó la trascendencia en este sentido sino en una perspectiva de
las relaciones, en cuanto a la persona humana con las realidades intrahumanas
en este ámbito concreto.
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